El P. Chuck habla de tomarse tiempo y reducir la velocidad

Por: P. Chuck Wrobel

Cuando lean esto, el día de Año Nuevo habrá pasado y otro par de semanas serán historia. Sin embargo, sigue siendo un año nuevo y, creo, todavía hay tiempo para reflexionar (especialmente sobre un año como el que hemos tenido). 

En este último año han ocurrido muchas cosas (no muy diferentes a la mayoría de los años pasados), muchas de ellas, si no la mayoría, sin precedentes (de nuevo, no muy diferentes a la mayoría de los años pasados) y creo que nos debemos a nosotros mismos el tomarnos un momento para recordarlo.

Hay recuerdos que preferimos olvidar; otros que queremos conservar para siempre. Algunos acontecimientos nos causan gran angustia (tal vez porque sucedieron o porque no sucedieron o porque debían ser tan diferentes que eran irreconocibles desde la tradición o los años pasados). Algunos sucesos nos trajeron alegría.

Independientemente de cómo se haya vivido el año de un momento a otro, hay cosas que podríamos haber aprendido (algo que nos anima a todos a hacer desde el principio de nuestra experiencia con "el" CoVid):

"Detente y huele las rosas". Espero que tengamos un mayor aprecio por las personas, las cosas y los acontecimientos. A menudo pasamos por muchas cosas en la vida y damos por sentado cosas como el aire fresco, el tiempo con la gente, el tacto, el fácil acceso, una simple salida nocturna e incluso la Eucaristía. 

Crecimiento en nuestra vida espiritual y de oración. Se nos ha dado la oportunidad de encontrar diferentes formas de conectar con Dios: misas en línea y video-reflexiones, lectura de libros, paseos al aire libre, nuevos tipos de oración o renovación de los "antiguos". Recientemente escuché a un hombre que ha desarrollado un hábito diario de transmitir un rosario y luego la misa cada mañana para comenzar su día. No se ha sentido cómodo asistiendo físicamente a la misa, pero esta nueva vía le ha dado un impulso espiritual cada día y, cuando vuelve, un mayor aprecio por recibir la Eucaristía y estar en comunidad. 

Respira. Tanto física como metafóricamente. Respirar antes de reaccionar fomenta la paciencia (algo que todos tenemos que "practicar" a un nivel mayor); ayuda con la tensión, la ansiedad y la tolerancia; y nos permite aprovechar el momento para aprender.

"AMAOS LOS UNOS A LOS OTROS COMO YO OS HE AMADO". Una mayor apreciación de lo que significa amarse los unos a los otros como Dios nos ama con la apreciación de la diferencia entre molestia/sufrimiento y sacrificio -poniendo nuestra propia necesidad (vida) por la de otro.

Hay tanto que podríamos haber aprendido de TODAS las experiencias (buenas y malas) del año pasado. Sería una pena que todo lo que pasamos el año pasado (y seguimos pasando ahora) pasara sin algo bueno: una lección aprendida.

Que Dios le bendiga siempre, P. Chuck

 

Anterior
Anterior

El Padre Mateo sobre el Rosario

Siguiente
Siguiente

Bautismo del Señor